En el plazo de cuatro años los productores de residuos peligrosos deberán elaborar y remitir a la Comunidad Autónoma correspondiente un estudio de minimización de dichos residuos por unidad producida, comprometiéndose a reducir la producción de residuos peligrosos en la medida de sus posibilidades.
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La minimización de residuos es un concepto que toma fuerza en la década de los 90 dentro de las estrategias gerenciales que incorporan la variante ambiental en la empresa. En esencia, se trata de adoptar medidas organizativas y operativas que permitan disminuir, hasta niveles técnica y económicamente asumibles por la empresa, la cantidad y peligrosidad de los residuos producidos.
Por ello, cuanto más asumido tenga una empresa sus obligaciones respecto de los residuos que genera, más fácil resulta tomar decisiones que permitan la implantación de un Plan de Minimización.
La minimización tiene por objeto sustituir la gestión clásica de los residuos por prácticas de reducción, recuperación y reciclaje. El objetivo final será reducir la producción de residuos generados y minimizar la cantidad y peligrosidad de los residuos a gestionar fuera de la empresa. De hecho, las propuestas normalizadas para el cumplimiento de las obligaciones legales de minimización se concretan en estos requerimientos básicos.
La minimización de residuos significa menos contaminación y más beneficios. Cada actuación de minimización implica una reducción en el consumo de materias primas y recursos (agua y energía), y se refleja directamente en el balance económico de una empresa. Por lo tanto, el medio ambiente constituye también una oportunidad y un elemento de competitividad para las empresas.
Podemos enumerar las siguientes razones para minimizar residuos:
- La gestión de residuos (deposición, valorización, etc.) comporta un coste importante para su negocio.
- Los residuos generados son productos no vendidos y materias primas no aprovechadas.
- Las inversiones en minimización de residuos se amortizan en meses o pocos años.
- Las medidas también son útiles para racionalizar procesos y costumbres de la empresa.
- Se reduce el riesgo ambiental, de salud y de accidentes de sus trabajadores.
- La empresa se adapta a los cambios y a las exigencias normativas.
- Se mejora la situación ambiental y legal de la empresa.
- Se mejoran las relaciones con la Administración, clientes, proveedores, vecinos, etc.
- Se puede optar a subvenciones y otros instrumentos económicos de la Administración.
- Constituye una ventaja y un elemento diferenciador frente a sus competidores.