La Directiva de la Unión Europea 2009/28/CE en materia de energía procedente de fuentes renovables ha establecido requisitos específicos para la verificación de los biocombustibles y con ellos garantizar su sostenibilidad, es decir, la biomasa usada como biocombustible o bioenergía debe ser producida de manera sostenible. Para cumplir este requisito de sostenibilidad, la producción de los biocombustibles y de la bioenergía tendrá que ser verificada y garantizada para poder ser distribuido en el mercado europeo.
Esta verificación deberá cubrir toda la cadena de suministro, desde el productor de biomasa hasta el distribuidor final de biocombustible/bioenergía. Esto implica que todos los que conforman la cadena de suministro deben establecer métodos de control de trazabilidad que garanticen el origen sostenible del biocombustible.
Es por ello que las empresas recogedoras/gestoras de residuos (el ejemplo más claro es el residuo de aceites y grasas comestibles) cuyo destino final sea la producción de biocombustibles forman parte de la cadena de suministro y, por tanto, deben certificarse.
Para certificarse, la empresa deberá acogerse en alguno de los esquemas voluntarios que han sido aprobados por la Comisión Europea (ISCC; 2BSvs; RBSA; RSPO; etc.)
- La verificación de la sostenibilidad de la biomasa y los biocombustibles es un requisito para acceder a los mercados europeos y beneficiarse de los incentivos fiscales pertinentes de los estados miembros.
- La verificación de la sostenibilidad proporciona una garantía independiente de que sus productos son conformes con los requisitos de la Directiva Europea de Energías Renovables.
- Independencia, transparencia y una orientación internacional caracterizan a ISCC. La Marca ISCC (Sello) será un método confiable para diferenciar entre biomasa y bioenergía sustentable de la no sostenible. Más allá de esto, servirá como motivación para productores tanto primarios como industriales para una mayor sustentabilidad en sus actividades diarias.