«Contaminación cruzada» es una manera especializada para referirse a bacterias que van de una superficie a otra por contacto directo o indirecto, por ejemplo, de un alimento a otro, de un utensilio o superficie a un alimento, de nuestro cuerpo (manos, boca, etc.) a un alimento, etc.
Y no sólo bacterias, sino también virus o toxinas, o sustancias de un producto de limpieza. Incluso se considera contaminación cruzada el contacto de alimentos que no son peligrosos en general pero sí para un colectivo concreto, como la contaminación con gluten de los alimentos que comerán celíacos, o con alérgenos los alimentos que consumirán personas alérgicas. El consumo de un alimento que ha sido contaminado puede provocar una toxinfección alimentaria.
Por ello, es de vital importancia la formación a profesionales del sector en buenas prácticas de higiene alimentaria.
- Conocer las buenas prácticas más adecuadas en materia de higiene y seguridad alimentaria.
- Adquirir una metodología de trabajo que garantice la calidad e inocuidad de los alimentos.
- Saber adecuar el proceso productivo y métodos de trabajo para garantizar la máxima calidad e higiene en los productos alimenticios.