Ser un buen director implica tener conocimientos de muchos ámbitos, pero, sobre todo, implica poseer ciertas características personales que ayuden con la tarea de poder dirigir un equipo.
Convicción, madera de líder, empatía, comunicación… son algunas de las características pertenecientes a la lista de todo aquello que debe demostrar un buen director. Pero para poder llegar a desarrollar todo esto un director debe empezar por lo más básico: el autoconocimiento.
Con este curso el participante descubrirá herramientas de sensibilización que le ayudarán al él y a las personas con las que se relaciona encontrar las vías para mejorar las habilidades en resolución de conflictos.
- Cooperar a medio y largo plazo.
- Superar las limitaciones de la confrontación.
- Utilizar un método eficaz de resolución de problemas.
- Encontrar soluciones equilibradas para la toma de decisiones del grupo.
- Profundizar en el conocimiento de uno mismo.